Os dejamos diferentes estrategias para facilitar la comunicación con personas con Alzheimer y evitar situaciones de tensión.
- Crear un ambiente cómodo y relajado, evitando ruidos y prisas.
- Evite distracciones. Si queremos captar la atención de la persona lo primero que debemos hacer es retirar del espacio donde nos encontramos cualquier distracción. Si necesita gafas o aparato de audición debemos facilitárselo, son elementos principales en la comunicación. Si nos colocamos de frente y mantenemos el contacto visual le será más fácil localizarnos y situarse, percibiendo así de manera más clara que el mensaje es para él.
- Mensajes: sencillos. Reducir el mensaje a lo más sencillo es lo mejor si queremos asegurarnos que será recibido. Debemos evitar explicaciones innecesarias y contenido inútil e ir al grano. En caso de preguntas mejor si son de respuesta cerrada o si usamos algún elemento visual para completar el mensaje.
- No insista en obtener una respuesta adecuada, lo importante es tener una conversación agradable.
- Hay que fijarse en todos los aspectos: la persona puede intentar transmitirnos un mensaje no solo mediante la voz, sino también por gestos o miradas, por eso debemos estar atentos y observarles.
- Simplificar la tarea dividiéndola en pasos, no verla como un todo, sino como una serie de actividades que llevan a un fin. Por ejemplo, si queremos que se ponga los zapatos: tiene que coger el zapato, soltar los cordones en el caso de que estén apretados, introducir el pie, atar los cordones en el caso de que los tenga y repetir el gesto con el otro pie.
- El afecto, la mejor respuesta. Ser cariñoso y reforzar lo que hace bien creará un ambiente más cómodo y relajado.
- Recordar situaciones agradables con la persona le hará sentirse más cómodo y parte de la conversación, llegando incluso a introducirse en la misma y participar de manera relajada.
- Ríase CON esa persona, NO DE ELLA. Se darán a lo largo del día situaciones "cómicas" como en cualquier convivencia, podemos reirnos con ellos pero no de ellos, ya que como con cualquier persona estas "risas" pueden crear situaciones incómodas y tensas.
- Escucha, aunque sea una historia repetida. Participa con él en la conversación y entabla un intercambio de sentimientos.
- Si se enfada puede ser que sea ofensivo. Recordemos que seguramente ya ha perdido la capacidad de inhibir respuestas ofensivas así que en estos casos no lo tengamos en cuenta, pasemos páginas y evitemos la discusión.
- Sigue siendo él/ella. Aunque no nos recuerde, aunque le haya cambiado el humor, a pesar de todo, sigue siendo nuestro ser querido y le gusta que le tratemos como nos gustaría que nos tratasen a nosotros si estuviéramos en su situación, con respeto, cariño y paciencia.
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