Muchas veces os hablamos de las terapias no farmacológicas. En este caso venimos a contaros un poco más sobre la Estimulación Cognitiva.
La Estimulación cognitiva es una terapia en la que se trabaja con ejercicios que favorecen el mantenimiento o la mejoría a nivel cognitivo ya sea en personas sanas como en personas que padecen demencia. Se trabaja en áreas como la memoria, el lenguaje o el cálculo.
Su uso es importante y beneficioso sobre todo en las primeras fases pero no por ello dejaremos de usarlo según avanza la enfermedad, sino que iremos adaptando a los diferentes estadíos de la misma.
Trabajaremos variando el nivel de dificultad de los ejercicios según el estadío en el que se encuentre la personas. En fases más iniciales trabajaremos con ejercicios de mayor dificultad y nos centraremos en la memoria de fijación, por ejemplo, leemos la prensa y comentar lo leído.
En una segunda fase más moderada podemos centrarnos en la reminiscencia, trabajando la memoria antigua que seguramente sea la que conserve en este período.
Por último, cuando llegamos a un estadío más severo trabajamos con terapias como Snoezelen, donde buscamos una estimulación básica de los sentidos que provocará una respuesta muy simple en el paciente que será mayormente refleja.
Éstos son solo ejemplos, ya que este tipo de terapias deben ser dirigidas por profesionales que saquen el máximo rendimiento de ellas.
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