Hoy os hablaremos de los pulpos y los calamares, pero no en su faceta de alimentos. Las diferencias entre estos animales y los seres humanos son evidentes: ellos viven en el agua y nosotros en la tierra, ellos pueden respirar bajo el agua nosotros caminamos sobre dos piernas, su esperanza de vida es de unos meses mientras que la nuestra es de años... y así podríamos seguir enumerando muchas más. Pero ¿sabías que hay aspectos en los que nos parecemos más de lo que creemos?
Tanto ellos como nosotros tenemos genes de procesos similares, lo que puede ser muy útil para entender enfermedades neurodegenerativas, sobre todo las que ocurren al final de la vida.
Los científicos dejan claro que no pueden decir que estos moluscos tengan alzheimer o parkinson al final de sus vidas, pero sí que hay un deterioro con el paso del tiempo que se asemeja al de los humanos. En este estudio tan complejo puede llevar años obtener respuestas que se puedan extrapolar o usar para seres humanos, pero no deja de ser el inicio de algo que puede ser muy útil en la lucha de estas enfermedades.
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