Qué es el Alzheimer


¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?

Es una enfermedad neurodegenerativa irreversible que cursa con demencia de etiología desconocida, que ataca al cerebro y produce síntomas cognitivos (grave deterioro de las funciones cognitivas), conductuales y funcionales que condena a quien la padece a depender de un cuidador las 24 horas del día.



¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Alzheimer?

La Alzheimer's Association ha creado una lista de señales de advertencia. Cada individuo puede experimentar una o más de estas señales a grados diferentes. Si usted notara cualquiera de ellas, seria conveniente consultar a su médico.


1. Pérdidas de memoria que afectan a las capacidades en el trabajo. Citas, nombres, números de teléfono...

2. Dificultades para realizar tareas familiares. Problemas para preparar la comida

3. Problemas de lenguaje. Olvido y sustitución de palabras....

4. Desorientación en el tiempo y el espacio. El paciente se olvida de la fecha, se pierde...

5. Pobreza de juicio. El paciente se viste con ropa inapropiada, sigue conductas anómalas...

6. Problemas de pensamiento abstracto. Se olvida del significado del dinero. Aparecen problemas de evaluación de semejanzas, de comprensión de refranes...

7. Pérdida de cosas o ubicación en lugares incorrectos. El paciente pone la plancha en la nevera, el reloj en el azucarero...

8. Cambios en el humor y la conducta. El estado de ánimo sufre cambios frecuentes e inesperados.

9. Cambios de la personalidad. Cambios recientes: suspicacia, temor...

10. Perdida de iniciativa. El paciente está muy pasivo y necesita estímulos constantes.



Etapas o fases de la enfermedad (síntomas de cada fase):

Es importante puntualizar que la enfermedad va progresando gradualmente y que es muy raro que coincida exactamente con cada uno de los tres estados que se describen en esta página. Aun así, puede ser de ayuda echar un vistazo a los signos y síntomas típicos en el contexto de estos tres estados, ya que puede servir a los cuidadores para estar alerta de los problemas que pueden aparecer y hacer planes sobre futuras necesidades.

Afecta a cada persona de forma distinta. Aunque la enfermedad tiende a seguir el mismo patrón (un deterioro progresivo de las capacidades cognitivas y funcionales a lo largo de los años), su impacto dependerá de la personalidad, condiciones físicas y situación social del que parte el enfermo.

Fase leve
  • Alteraciones de la memoria reciente.
  • Dificultad para aprender cosas nuevas.
  • Desorientación espacio-temporal.
  • Cambios de humor.
  • Síntomas de depresión con apatía, pérdida de iniciativa...
  • Mantiene una conversación.
  • Comprende más o menos bien.
  • Buen uso de los aspectos sociales de comunicación (gestos, tono, etc.)
Fase moderada
  • Se acentúan los síntomas de la fase leve, y aparecen:
    • Afasias. Pérdida total o parcial del lenguaje
    • Apraxia: Incapacidad para hacer movimientos aprendidos (vestirse, usar cubiertos, dibujar, peinarse).
    • Agnosia: Incapacidad para reconocer objetos y personas .En esta fase reconoce a su cónyuge y familiares cercanos, y conserva su orientación personal.
  • Se vuelve descuidado en su higiene personal.
  • Las manifestaciones neurológicas en forma de debilidad muscular, alteraciones posturales y de la marcha, como otros síntomas parkinsonianos, son frecuentes en esta etapa.
  • Aparecen signos sicóticos, como alucinaciones e ilusiones.
  • Las actividades sociales y de ocio y aficiones que tenía han perdido su valor y se muestra aburrido, somnoliento vagabundea…
Fase grave
  • Se agravan todos los síntomas de las fases anteriores, acentuándose la rigidez muscular.
  • Presentan cierta pérdida de respuesta al dolor.
  • Tiene incontinencia fecal y urinaria.
  • Presentan trastornos de deglución
  • Trastornos de la marcha.
  • Trastornos del sueño (no duerme, o lo hace en exceso, esta agitado).
  • Terminan encamados, con alimentación asistida y suelen fallecer por neumonías o infecciones urinarias.









Prevalencia

  • La prevalencia de las demencias, sea cuál sea la etiología, aumenta de forma exponencial entre 65 y 85 años y se multiplica por 2 cada 5 años,siendo de un 7% para personas mayores de 65 años y alcanzando un 50% en personas mayores de 80 años,
  • Por ir ligada a la edad el número de casos diagnosticados está creciendo al incrementarse la esperanza de vida.
  • Para la Comunidad Extremeña se calcula entre 10.000 y 15.000 enfermos. En España puede haber entorno a los 500.000.


Tratamiento

 Actualmente no existe un tratamiento farmacológico curativo. Pero sí hay, en cambio, tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que aminoran la velocidad de progresión de la enfermedad, sobre todo si la fase de la misma ,es aún temprana.

Existen diversos tratamientos farmacológicos que intentan retrasar la evolución de la enfermedad. Estos medicamentos tienen que ser prescritos por el médico especialista: neurólogo, psiquiatra o geriatra.

En la actualidad existen cinco fármacos aprobados específicamente para tratar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer:
  • Fármacos Inhibidores de la acetilcolinesterasa:
    • Donepezilo (Aricept)
    • Rivastigmina (Exelon y Prometax)
    • Galantamina (Reminyl)
  • Fármacos antagonistas del receptor NMDA:
    • Memantina (Axura y Ebixa)
Además existen otros medicamentos que ayudan a controlar algunos de los síntomas, como la depresión, insomnio, trastornos de conducta (agresividad, alucinaciones, agitación,....) siempre bajo  supervisión médica.

Tan importante como el tratamiento farmacológico de la Enfermedad de Alzheimer está el tratamiento no farmacológico: la estimulación cognitiva, física y funcional.

La estimulación cognitiva engloba todas aquellas actividades que se dirigen a mejorar el funcionamiento cognitivo en general (memoria, lenguaje, atención, concentración, razonamiento, abstracción, operaciones aritméticas y praxias) mediante programas de estimulación.

Consiste en estimular y mantener las capacidades cognitivas existentes, con la intención de mejorar o mantener el funcionamiento cognitivo y disminuir la dependencia del enfermo.

Lo más importante, es que al trabajar sobre las capacidades residuales (las que aún conservan) de la persona (y no las que ya ha perdido), logrará evitar la frustración del enfermo. Todo esto contribuirá a una mejora global de la conducta y estado de ánimo.

El centro de día terapéutico, se presenta así como un entorno apropiado para hacer frente al desafío de la enfermedad. El enfermo obtendrá los beneficios que puede aportar la aplicación de un programa de intervención que integre la estimulación de las funciones cognitivas superiores, el entrenamiento en las actividades básicas de la vida diaria y la estimulación psicomotriz.



Principales problemas que presentan las familias

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad particularmente devastadora, ya que la familia del enfermo por lo general debe asistir a dos perdidas diferentes, en primer lugar la desaparición de la personalidad que ellos conocían y finalmente la perdida física.

La enfermedad afecta al enfermo, pero repercute en toda la familia. Cuando en una familia enferma uno de sus miembros de demencia tipo Alzheimer, la vida de todos se verá afectada y en especial la de aquellos miembros que van a ser los cuidadores principales.

El perfil del cuidador:
Generalmente el cuidador principal son mujeres: esposas, hijas o nueras. Hasta el punto de que ocho de cada diez personas que están cuidando a un familiar mayor en nuestro país son mujeres entre 45 y 65 años de edad.

Debido a esa continua atención que el enfermo requiere, el cuidador principal:
  • Contrae un gran carga física y psíquica
  • Se responsabiliza de la vida del enfermo: medicación, higiene, cuidados, alimentación, etc.
  • Va perdiendo paulatinamente su independencia, porque el enfermo cada vez le absorbe más.
Se desatiende a sí mismo: no toma el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades, etc. y acaba paralizando, durante largos años, su proyecto vital

                                                                                                

Consejos al cuidador

Siempre va a ser muy útil: 
  • Adquirir información sobre los cuidados a impartir al paciente, para ello siempre puede consultar con su médico u otros profesionales especializados que le puedan asesorar sobre la enfermedad y su repercusión.
  • Planificar el futuro del enfermo y el de la propia familia.
  • Preocuparse de uno mismo.
Tras el diagnóstico se impone la aceptación del problema. Es muy importante que se acepte la enfermedad y se aprenda a convivir con ella. El enfermo no hace las cosas por fastidiar, son como niños - adultos pero que no pueden aprender. Es necesario aceptarlos, darles cariño y comprensión. De nuestra parte está procurarles una vida agradable, aprovechando las habilidades que todavía conservan, potenciándolas.

En todo el proceso el apoyo es fundamental para la familia y según la fase de distinta intensidad. Las Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer, como AFAEX tienen, entre sus fines principales ayudar a los familiares que se encuentran en esta situación.

Para afrontar algunos trastornos de la enfermedad

Al  perder la noción del espacio y tiempo, olvidan dónde están o el día que es. Aparece una conducta llamada "de vagabundeo" que es caminar sin descanso, es su forma de buscar "un algo" que no encuentran. Es el momento de:
  • Mantener la casa ordenada y limpia.
  • Eliminar objetos innecesarios.
  • Iluminar bien las estancias.
  • Poner barandillas donde el enfermo vaya a necesitar apoyo.
  • Eliminar las alfombras para evitar resbalones o caídas.
  • Forrar las escaleras con una moqueta que evite resbalones.
  • Proteger con goma espuma los salientes.
  • Facilitar el paso, sobre todo por donde el enfermo suele caminar.
  • Asegurarse de que las sillas, sillones y lugares donde se apoye son fuertes y estables.
  • Que el enfermo vaya siempre identificado.
  • Cerrar bien ventanas y puertas para evitar que se marche.
  • Evitar reacciones catastróficas.
  • No hacer cambios importantes en la decoración de la casa.
  • Identificar las posibles zonas peligrosas (escaleras, zonas transitadas...).
  • Avisar a los vecinos para que lo ayuden a volver a casa si lo encuentran perdido.
Higiene del enfermo. Llegará el momento en que descuide su aseo, su ropa, etc. y necesite ayuda. Se la brindaremos con las siguientes actuaciones:
  • Tener rutina en las sesiones de aseo y baño.
  • Ser previsores y tenerlo todo preparado.
  • Comprobar la temperatura del agua antes de empezar el baño.
  • Colocar alfombras antideslizantes en la bañera o ducha.
  • Poner barandas donde pueda agarrarse en el W.C.
  • Buscar alternativas a la bañera ( duchas donde puedan entrar sillas de ruedas o permanecer sentado)
  • Sustituir botones y cremalleras por belcro.
  • Ponerle una bata fácil de quitar y poner.
  • Darle prendas una talla mayor.
  • Ofrecerle las prendas de una en una y por su orden.
  • No dejar ropa a la vista que le induzca a ponérsela.
  • Darle todo el tiempo que necesite.
Problemas en la alimentación. Perderán las "buenas formas en la mesa", perderán el apetito, comerán poco o sin control. Pueden comer cosas que no deben, estarán intranquilos, etc. Para ello, nosotros debemos:
  • Eliminar de la mesa todo lo innecesario para que no se distraiga o coma lo que no debe.
  • Animarlo a que coma solo.
  • Presentarle los platos de uno en uno para que pueda centrar su atención.
  • Comprobar la temperatura de la comida, tal vez no sepa decir que está caliente.
  • No llenar demasiado los platos o vasos.
  • Procurarles una dieta completa.
  • Cortar la comida en trozos pequeños.
  • Seguir una rutina de horarios.
El descanso. Es uno de los trastornos más estresantes para el cuidador y la familia. El enfermo, cuando no tiene sueño puede levantarse y caminar sin cesar por la casa. Nuestro descanso se verá muy afectado. Debemos tomar algunas precauciones:.
  • No dejar ropa a su alcance que le incite a vestirse.
  • Poner cortinas gruesas para que no se levante al empezar el día.
  • Animarle a hacer ejercicio durante el día.
  • Establecer una rutina a la hora de acostarse.
  • Ajustar la temperatura de la habitación para que se sienta cómodo.
Convivir con la enfermedad. El descanso del cuidador. El cuidador tiene que aprender a cuidarse porque si cae enfermo el familiar con Alzheimer quedará desatendido
  • La primera regla para poder atender al enfermo es que el familiar se cuide.
  • La segunda es que busque todo el apoyo posible y que se ponga en contacto con la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer más próxima.
                                                                                             

Decálogo de comunicación eficaz

1. Tomar la iniciativa en la comunicación y no esperar que ocurra por si misma, utilizar un tono cálido.
2. Escoger momentos tranquilos y apoyarse en la gesticulación.
3. Utilizar un lenguaje sencillo, y esperar para ver si ha comprendido, dar tiempo.
4. Situarse de frente, y a la misma altura que él.
5. No forzarle a mantener conversación cuando él no lo desea.
6. No plantearle interrogantes complicados o elecciones entre muchas alternativas.
7. No terminar las frases por él.
8. Respetar sus silencios.
9. Narrarle sus propias actuaciones diarias.
10. Mantener siempre la calma y el dominio de la comunicación.

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