¿Qué nos debe preocupar de la vejez?

   Al hacernos mayores son muchas cosas las que nos preocupan, sobre todo las relacionadas con la salud. Pero no solo uno mismo al llegar a mayor es quien se preocupa por él, también los que nos rodean se preocupan por nosotros. Para hacer más llevaderas esas preocupaciones vamos a hablar un poco de ciertas situaciones habituales y de lo que nos debe preocupar de ellas.

• Fijarnos en las rutinas diarias: cuando vemos que son las rutinas diarias lo que fallan (la higiene personal, el cocinado, el cuidado de la vivienda...) debemos pensar que existe algún problema, ya sea de tipo físico o psíquico tipo depresión, demencia...
• Pérdidas de memoria: en la actualidad es de los aspectos que más nos preocupa y uno de los signos más evidentes. Hay ciertos problemas de memoria que asociamos a la vejez, pero lo que nos debe preocupar es: hacer la misma pregunta una y otra vez, perderse en lugares conocidos, imposibilidad a la hora de seguir instrucciones y confundirse con respecto al tiempo, las personas y los lugares.
• Si tienes dudas, pregunta directamente: hay veces que necesitan ayuda y están esperando que seamos nosotros la que se la ofrezcamos, por eso no está mal si notamos algo extraño preguntarles si hay algún suceso que les preocupa o algo que ha ocurrido, por ejemplo alguna caída recientemente, o si es capaz de preparar la medicación.
• La conducción es importante. Ante un despiste o infracción cuando vamos al volante no solo ponemos en riesgo nuestras vidas sino que también peligra la integridad física del resto de conductores y peatones, por eso es importante ante cualquier duda evitar la conducción.
• El peso: bajar de peso puede ser por muchas causas, todas ellas preocupantes. Podemos estar hablando desde la dificultad para cocinar, mala nutrición por dejadez u olvido, pérdida de olfato o gusto e inapetencia o como síntoma de alguna enfermedad.
• El humor, pieza clave. Los cambios repentinos de humor pueden alertarnos de algún problema, por eso es importante interesarse por el estado anímico de la otra persona.
• La vida social, que no falte. Compartir nuestro tiempo con el resto es signo de salud, la ausencia de ésto nos lleva a pensar que existe algún problema.
• El estado físico: debilidad muscular, problemas de equilibrio... Todo esto nos puede llevar a una de las situaciones problemáticas que más encontramos: caídas y sus consecuencias.

   Hay veces que las personas mayores no quieren recibir ayuda o no son conscientes de que la necesitan por ello no comunican nada. Es importante que su alrededor tenga en cuenta estos aspectos y haga entender la situación a la persona prestando su ayuda en la medida y con los recursos que le sean posibles. 

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