Hoy os vamos a contar las 10 señales que pueden alertarnos de que una persona tiene Alzheimer. Pero es muy importante diferenciar estas señales de los síntomas típicos del envejecimiento. Dejamos más detalles a continuación:
- Dificultad para seguir un plan, receta o instrucciones: los problemas a la hora de seguir una receta o instrucciones, e incluso seguir un plan de cuentas (la contabilidad del hogar, sumas, restas...) se ven en el día a día por lo que son signos de alarma que se manifiestan temprano y que no debemos descuidar. Con ellos se evidencia la pérdida paulatina de la capacidad de concentración en una tarea. Lo que se consideraría algo normal es un descuido a la hora de sumar o restar, o un despiste puntual en una receta.
- Olvidos que dificultan las Actividades de la vida diaria: olvidar la fecha, lugares, una actividad hecha recientemente o eventos importantes de forma frecuente también nos debe alertar y hacernos estar pendiente. Se considera normal un olvido momentáneo que después recordamos, y siempre casos que se dan de manera puntual.
- Dificultad a la hora de realizar tareas cotidianas: la persona con Alzheimer, además de encontrarse con problemas en aprender nuevas tareas, encuentra dificultad a la hora de realizar las cotidianas, encontrándose fallos en ella o dejándola sin finalizar. Lo normal es que necesite ayuda con actividades complejas.
- Desorientación en tiempo o lugar: se olvidan fechas, estaciones, pérdida de la noción del tiempo confundiendo el día y la noche, e incluso olvidar en un momento dado donde están y cómo han llegado allí. Se considera consecuencia normal del envejecimiento olvidar el día de la semana en el que estamos, recordándolo posteriormente.
- Dificultad al comprender imágenes y relacionarlas: y no hablamos de problemas derivados de la vista, como los que se dan a raíz de las cataratas, sino dificultad a la hora de identificar un objeto, un color e incluso dificultad al leer.
- Mal uso de la palabra tanto hablada como escrita: pueden repetir ideas, confundir nombres e incluso dificultad a la hora de seguir una conversación, lo que puede derivar en otros problemas como dificultades a la hora de sociabilizar.
- Colocar objetos en donde no corresponden y no poder recordar sus pasos para encontrarlo: no hablamos de llegar con la compra un día y poner el monedero en la nevera y deshacer tus pasos al no encontrarlo, sino de colocar las cosas en sitios extraños y no poder recordarlo, e incluso relacionar esta pérdida con ideas de robos.
- Dificultad a la hora de tomar decisiones: como pueden ser las relacionadas con el dinero o a la hora del aseo personal. Ésto no significa tomar una mala decisión alguna vez, sino no emplear el juicio correcto a la hora de tomarla.
- Pérdida de iniciativa a la hora de realizar una actividad: se asocia con la depresión que se diagnóstica al principio de la enfermedad, muchas veces relacionada con que la persona se da cuenta de que tiene dificultades y siente esa sensación de derrota que le lleva a no apetecerle. Hablamos tanto de actividades sociales como proyectos personales o actividades que antes le gustaban. No está relacionado con el cansancio que a veces se sufre y hace que uno tenga menos ganas de realizar una actividad.
- Cambios de humor y/o personalidad: a veces el círculo más cercano a la persona con Alzheimer refiere que no le reconoce, que antes era muy tranquilo y ahora es todo prisas y nervios. Hablamos de estos cambios, la persona se siente temerosa y confusa, lo que puede derivar en ansiedad y depresión, e incluso en enfados fácilmente.
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