Siendo hoy el Día mundial de los Océanos y con la subida de temperatura aprovechamos para hablar del agua. Nos esperan días
de calor y pronto las actividades acuáticas formarán parte de nuestro día a
día.
Los beneficios de la
hidroterapia como medio para mejorar la psicomotricidad de los pacientes con
Alzheimer son muchos: la reducción de la gravedad mediante el agua
alivia el dolor y mejora la movilidad en articulaciones, mejora la circulación
sanguínea y la capacidad pulmonar se ve aumentada y todo ésto nos hace trabajar mejor. Hay un gran abanico de
posibilidades a la hora de realizar hidroterapia según el objetivo que estemos
buscando: hacer ejercicio físico, mejorar alguna patología, trabajo en grupo y
fomento de relaciones, relajación… E incluso, podemos incluir mediante juegos
trabajo cognitivo.
El esquema de una
sesión de hidroterapia es:
- Calentamiento:
de manera que elevemos la temperatura y el ritmo cardíaco, para poner en
disposición el organismo para la actividad.
- Parte
principal: en esta parte se desarrollan los objetivos principales de la sesión.
Podemos hacer una tabla de gimnasia en la que movilicemos todas las
articulaciones, juegos grupales, estiramientos, correr por la piscina
incluyendo saltos o cambios de sentidos si buscamos hacer ejercicio físico de
forma generalizada. Si se trata de una patología en concreto podemos buscar los
ejercicios puntuales que más nos benefician en la recuperación de la lesión. Y si
simplemente buscamos la relajación podemos hacer un programa aprovechando la
flotación del agua, la temperatura… en el que nos dejemos llevar por el agua.
- Vuelta
a la calma: como cualquier actividad física terminamos con unos ejercicios de
recuperación a bajo ritmo o incluso aquí podemos desarrollar una pequeña sesión
de relajación.
Éste puede ser un ejemplo de sesión de
hidroterapia, pero hay infinidad de posibilidades, todas las que se nos ocurran, siempre teniendo claro los objetivos que buscamos y conociendo las limitaciones
de las personas con las que realizamos la actividad. Y, como siempre, además de todos los beneficios a nivel físico y cognitivo que podemos obtener con esta actividad, hacerla en grupo o en familia nos hace relacionarnos y mucho más felices.
Así que como se suele decir: ¡Al agua patos!
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