Las personas con un estado avanzado de Alzheimer tienen disminuida la capacidad de verbalizar el dolor.
Para detectarlo, debemos estar pendientes de los siguientes signos:
- Irritabiliad.
- Confusión.
- Miedo.
- Llanto.
- Cambios en la expresión facial.
- Suspiros.
- Gemidos.
- Gritos.
- Alteraciones en las relaciones personales.
- Falta de apetito, etc.
Con frecuencia estas alteraciones se tratan con sedantes, cuando deberían tratarse con analgésicos.
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