Hoy es el Día Internacional del Sol y lo está
celebrando regalándonos unas temperaturas acorde con la estación que
estrenamos, el verano. Por eso vamos a recuperar una entrada muy importante y
útil para estos días de calor que acontecen de forma generalizada en España.
Con las altas temperaturas el cuerpo pone en
marcha mecanismos como sudoración o transpiración para eliminar el exceso de
calor. Este sistema mantiene nuestra temperatura corporal en un valor adecuado
pero conlleva una importante pérdida de agua. El no reponerla puede llevarnos a
la deshidratación.
Deshidratación, salud y fatiga física e intelectual
La deshidratación puede influir
negativamente en las funciones cognitivas y el control motor de los individuos.
Existen numerosos
estudios que relacionan una mala hidratación con una disminución de la
capacidad física e intelectual de un individuo, independientemente de la
razón que haya dado lugar a la deshidratación. Las evidencias disponibles
indican que en aquellas situaciones de ejercicio en un entorno caluroso
(>30ºC), una deshidratación entre el 2 y el 7% de la masa corporal
disminuye las capacidades físicas e intelectuales de los sujetos. Cuando
el nivel de deshidratación llega al 7% en estas condiciones, la disminución
de las capacidades físicas e intelectuales se sitúa en torno al 40% de su
capacidad con una hidratación normal (Cheuvront SN, Carter R, Sawka N. Fluid
balance and endurance performance. Curr Sports Med. Rep. 2003; 2:202-8. )
Síntomas de deshidratación en personas mayores
Los primeros síntomas de deshidratación son:
Los primeros síntomas de deshidratación son:
- disminución del rendimiento físico y mental
- estreñimiento
- orina escasa, concentrada, oscura y con olor fuerte
- mareos, debilidad o vértigo
- vómitos
- dolor de cabeza
- pérdida de apetito
- rubor en la piel
- intolerancia al calor
- ardor de estómago
Síntomas más avanzados de deshidratación son los siguientes:
- dificultad para tragar
- torpeza
- piel arrugada
- ojos hundidos y visión débil
- micción dolorosa
- piel entumecida
- espasmos musculares
- delirio
Estrategias para mantener una buena hidratación en las personas
mayores
Para prevenir las consecuencias de la deshidratación en las personas mayores es necesario detectar los pacientes en riesgo. Las personas mayores presentan múltiples riesgos de aumentar sus pérdidas de líquido (diabetes, vómitos, diarrea, fiebre…). Además, a menudo su entorno no les permite acceder al consumo de líquidos. Los desórdenes de deglución o la simple disfagia son frecuentes y necesitan más atención para asegurar una adecuada ingesta hídrica. En otras ocasiones, los trastornos cognitivos como la enfermedad de Alzheimer o demencias de otro tipo dificultan e impiden que el enfermo sea capaz de expresar su necesidad de ingerir líquidos.
Consejos para una mayor ingesta de líquidos
- Llevar a cabo programas educacionales e informativos para los cuidadores y profesionales de la salud
- Es necesario informar a las personas mayores sobre la necesidad de beber suficiente, incluso sin atender a la sed. Los requerimientos hídricos son de 1,5 L/día, que deben incrementarse cuando la temperatura aumenta o se tiene fiebre.
- Informar sobre la amplia variedad de bebidas disponibles además del agua, como té, refrescos, zumos de fruta, infusiones, leche, sopa, etc.
- Asegurar el acceso de las personas mayores a las bebidas
- Estimular a las personas mayores para que beban
- Incluir alimentos sólidos con un alto contenido en agua como frutas y verduras.
- Beber a menudo pequeñas cantidades antes que consumir grandes cantidades de una vez, dado que la distensión gástrica disminuye la sensación de sed.
- En casos de disfagia, la gelatina de sabores es una buena opción.
Para prevenir las consecuencias de la deshidratación en las personas mayores es necesario detectar los pacientes en riesgo. Las personas mayores presentan múltiples riesgos de aumentar sus pérdidas de líquido (diabetes, vómitos, diarrea, fiebre…). Además, a menudo su entorno no les permite acceder al consumo de líquidos. Los desórdenes de deglución o la simple disfagia son frecuentes y necesitan más atención para asegurar una adecuada ingesta hídrica. En otras ocasiones, los trastornos cognitivos como la enfermedad de Alzheimer o demencias de otro tipo dificultan e impiden que el enfermo sea capaz de expresar su necesidad de ingerir líquidos.
Consejos para una mayor ingesta de líquidos
- Llevar a cabo programas educacionales e informativos para los cuidadores y profesionales de la salud
- Es necesario informar a las personas mayores sobre la necesidad de beber suficiente, incluso sin atender a la sed. Los requerimientos hídricos son de 1,5 L/día, que deben incrementarse cuando la temperatura aumenta o se tiene fiebre.
- Informar sobre la amplia variedad de bebidas disponibles además del agua, como té, refrescos, zumos de fruta, infusiones, leche, sopa, etc.
- Asegurar el acceso de las personas mayores a las bebidas
- Estimular a las personas mayores para que beban
- Incluir alimentos sólidos con un alto contenido en agua como frutas y verduras.
- Beber a menudo pequeñas cantidades antes que consumir grandes cantidades de una vez, dado que la distensión gástrica disminuye la sensación de sed.
- En casos de disfagia, la gelatina de sabores es una buena opción.
Como siempre, el primer y mejor tratamiento es la prevención y desde AFAEX animamos a seguir los consejos para evitar males mayores.
¡Bienvenido Verano!
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