La agresividad forma parte de ciertas etapas de la enfermedad, y por ello es importante controlarla y saber reaccionar ante ella, ya que es algo que puede afectar mucho tanto a la persona como a la familia.
Para ello vamos a dar 15 ideas para manejarla:
- Conocer la causa: es muy difícil saber el motivo que desencadena esa agresividad pero podemos identificar algunos aspectos como: ¿se pone agresivo ante ciertas personas siempre? ¿en qué momento del día ocurre? ¿me encuentro yo más alterado/a? ¿puede tener alguna infección o estar relacionada con la salud?
- Adelántate a la causa: si encuentras respuesta al punto anterior evita que ciertas situaciones que desencadenan esa agresividad se den. Si no conoces la causa o no la puedes evitar el siguiente punto te será de gran ayuda.
- Identificar lo que ayuda a evitar o extinguir estos episodios de agresividad: ten siempre a mano algún recurso que ayude a calmarle: música, caminar, cantar, alguna actividad que le guste...
- Cuida tu reacción: tu manera de afrontar esta situación puede provocar en ellos multitud de reacciones, desde calmarse hasta alterarse aun más.
- ¡Espera!...respira: que tu reacción ante la agresividad no sea fruto de la improvisación, sino respira, piensa y actúa.
- Distrae: es un recurso muy usado con pacientes con Alzheimer. Cambiar su foco de atención guiándolo a una conversación sobre un tema que le guste puede ser una manera de que se distraiga y "cambie el chip"
- No discutas: evita confrontaciones.
- No intentes razonar ni que asuma tu lógica: la lógica de una persona con Alzheimer es la del Alzheimer, por lo que entrar en que asuma tu lógica es empezar una batalla perdida. Como siempre frases cortas y sencillas son las que pueden ayudar a calmar la ansiedad.
- Juega con el ambiente: esto se trata de una prueba de ensayo y error, saber que situaciones le relajan: silencio, la música, sentarse, caminar, mucha iluminación, poca iluminación... Empecemos trabajando con lo que tenemos a mano.
- Realiza actividad física: caminar viene muy bien para relajarse, distraerse y disminuir los niveles de ansiedad.
- Realizar actividades que aporten dinamismo: apóyate en actividades que antes le gustaban y no impongas nada, no somos amigos de las órdenes. Ver fotos antiguas, tratar temas del pasado o bailar pueden ser actividades dinámicas que podemos incluir en las vida diaria.
- Crea una rutina: la persona ganará en seguridad y tu en tranquilidad. Las personas con Alzheimer son muy amigos de las rutinas y enemigos de los cambios.
- No olvides los sentidos: los consejos anteriores son sobre todo orientados en fases leves y moderadas de la enfermedad. En caso de darse en fases más avanzadas podemos recurrir a la simpleza del tacto, una caricia o un masaje puede aliviar la ansiedad.
- ¿una mascota?: es algo a lo que no solemos recurrir pero normalmente el contacto con animales suele producirles una sensación de bienestar.
- Seguridad ante todo: maneja la situación. Sabemos que es difícil y que a veces es mejor pararse, respirar, dejar que se calme y empezar una actividad de cero con una sonrisa como si nada hubiera ocurrido.
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