miércoles, 5 de octubre de 2016

Los 5 sentidos: el olfato, el gusto, la vista, el oído y el tacto

  La vía mediante la cual nos relacionamos y conocemos nuestro entorno son los sentidos, concretamente 5: el olfato, el gusto, la vista, el oído y el tacto. En el Alzheimer, la máquina que recoge toda la información y la interpreta está afectada, el cerebro, por lo cual estos sentidos se verán dañados.


  1. El olfato se ve afectado en fases muy iniciales de la enfermedad, llevando a veces a accidentes domésticos porque no se huele un escape de gas o una comida quemándose. E influyendo en otro de los sentidos también, el gusto, del que hablaremos más adelante.
  2. El gusto, como hemos comentado antes se ve perjudicado por la falta de olfato, una sensación parecida a cuando estamos constipados y con la nariz repleta de mocos que no olemos y las comidas a poco nos saben.  Pero no solo eso, en fases tardías de la enfermedad la persona deja de asociar un alimento con su sabor, justificado por el propio deterioro cognitivo que sufren.
  3. Además de la decadencia normal que sufre la vista con el paso del tiempo el Alzheimer también afecta de manera peculiar, como puede ser por la “ceguera al movimiento” o el cambio de las 3 dimensiones a una vista plana en 2 dimensiones. Debemos sumar a ello el problema que surge con los colores azul y violeta, o con las gamas de colores muy semejantes.
  4. Ahora hablamos del oído, un sentido muy poco investigado en su relación con la enfermedad, por lo que no podemos dar una información certera sobre su deterioro. Lo que si podemos dar es un pequeño consejo para que la comunicación sea más fácil: hablar de frente, en tono adecuado y de forma clara. Eso sí, hay que tener en cuenta si existe un deterioro en este sentido ya que la mayoría de pruebas para conocer el alcance del deterioro cognitivo se realizan de forma oral, así que una mala audición puede falsear un resultado.
  5. Por último vamos a hablar del tacto. También está muy poco investigado a pesar de que se trabaja mucho a través de este sentido, solo algunos estudios aislados nos dicen que un masaje en las manos puede calmar la agitación de una persona con demencia y que es bueno estimular al paciente a comer a través del tacto además de la estimulación verbal. Lo que está claro es que una caricia a veces es más efectiva que un te quiero cuando los sonidos son sordos.

  Conocer la afectación de los sentidos nos ayuda a entender y facilitar los cuidados de las personas con Alzheimer.









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