A veces nos ponemos en alerta ante ciertos signos del envejecimiento que se pueden confundir con síntomas de Alzheimer. Con esta entrada vamos a ayudar a diferenciar algunos de éstos.
- Fallos de memoria que dificultan la vida cotidiana: olvidar información recién aprendida, fechas o acontecimientos importantes, pedir la misma información repetidamente son síntomas de Alzheimer. Olvidar nombres o citas y recordarlos más tarde no son síntomas de ello.
- Dificultad para resolver problemas: dificultad para seguir una secuencia numérica, una receta o manejar las cuentas mensuales nos debe poner en alerta, cometer de vez en cuando errores a la hora de sumar y restar no.
- Dificultad para llevar a cabo tareas habituales: debemos buscar ayuda si le resulta muy difícil llevar a cabo tareas habituales, tiene dificultad para llegar a un lugar conocido o recordar reglas de juegos populares. Si lo que necesita es ayuda para ciertas tareas como poner el microondas o usar nuevos electrodomésticos no debemos alarmarnos.
- Desorientación: no es un problema confundirse de día de la semana y darse cuenta después, sí lo es cuando no recordamos la estación en la que estamos, olvidamos fechas o el paso del tiempo, e incluso olvidamos dónde estamos y como hemos llegado ahí.
- Dificultad para comprender ciertas imágenes: no es síntoma de Alzheimer si se presentan dificultades visuales propias de cataratas o alguna otra patología ocular.
- Nuevos problemas con las palabras: en los casos con Alzheimer la persona para la conversación sin saber cómo seguir o repite continuamente lo mismo. No es preocupante que en un momento concreto no encuentre l a palabra exacta al hablar.
- Disminución del buen juicio: una cosa es que tome una mala decisión de vez en cuando y otra preocupante son los cambios a la hora de afrontar las decisiones, como dar grandes cantidades de dinero o descuidar el aseo personal.
- Pérdida de iniciativa: estar a veces cansado de las obligaciones sociales o familiares es un signo de vejez, pero la pérdida completa de interés por lo que nos rodea debe ser vigilado.
- Colocación de objetos fuera de lugar: si es algo puntual entra dentro de la normalidad, si se convierte en rutina e incluso pueden llegar a pensar que se lo han robado es signo da alarma.
- Cambios en el humor: cuando envejecemos caemos en una rutina que queremos mantener y su interrupción nos puede sentar mal. En cambio, en casos de Alzheimer, la persona se molesta fácilmente y está confundida, temerosa o ansiosa continuamente.
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